Es depurativa y rica en minerales, con una gran aportación de agua (89%), hidratos de carbono, fibra y proteínas. Posee, además, un notable aporte de minerales, especialmente hierro, magnesio, potasio, manganeso y, en menor proporción, calcio, fósforo, cinc, cobre y silicio.
Asimismo, constituye una excelente fuente de vitamina C (bastan 100 g par cubrir los requerimientos diarios) y provitamina A, esencial para mantener la piel sana.
El azúcar que proporciona la fresa no es contraproducente para las personas con diabetes, ya que se metaboliza con mucha rapidez.
También es rica en sustancias de acción antioxidante y su alto contenido de ácidos orgánicos, entre ellos, el cítrico (de acción desinfectante), málico, oxálico y salicílico (de acción anticoagulante y antiinflamatoria).
Las hojas de las fresas o fresones en infusión actúan como un poderoso antiinflamatorio.
Las fresas, su fruto, que es astringente, suavizante y purificante, tomado en zumo activa la circulación.