Los chiles son muchos  y que  entre si se diferencian tanto, que algunos ya no solo no parecen hermanos, sino que ni primos lejanos asemejan.
Espectáculo inquietante y asombroso en el muestrario de chiles que las mujerucas exponen  en los mercados, sobre papeles de periódico, en montoncitos tan diferentes entres sí que jamás podrían confundirse.
Cuando se tuestan chiles, un olor agresivo y fuerte se va colando por las narices, por poco que se respire, y si el que respira no nació en México o tiene narices sensibles, lanza una catarata de estornudos  y siente que la nariz se instalo en ascua.